martes, 19 de junio de 2007

Sobre La Fe

Voy a escribir sobre una reflexión que surgió un poco de la nada, cuando me estaba duchando el sábado antes de salir. En realidad menciono el episodio de estar en la ducha para reflejar que nosotros como adolescentes de 17-18 años también empezamos a sentir como nos consume el ritmo de vida de la ciudad. Ya no hay tiempo de pensar y cuando finalmente lo hacemos, el sueño nos mata, de hecho, a mí me da hasta sueño rezar. Es del ámbito religioso del cual quiero hablar. Me gustaría explicar, a grandes rasgos, lo que pasó por mi cabeza en esa media hora de reflexión, con la esperanza de que quizás a alguien le sirva para aclarar las preguntas que me atacan a mi y a la mayoría de los jóvenes, creo. Yo siempre he creído en Dios y aunque he tenido momentos de alejamiento de él, siempre sé que está ahí conmigo y realmente, nunca me cuestioné mucho que pasaría si es que realmente no existiera. Ahora, con mi interés por la biología y la noción de cómo trabaja el cerebro y como podemos pensar, escribir, hablar y sentir, comencé a dudar de Dios.
Estuve días evadiendo el sentimiento, ya que es muy duro pensar que quizás no somos mas que un montón de combinaciones de sustancias orgánicas altamente organizados y que después de la muerte, ya no hay nada. Hasta que me di cuenta de que si es que no hubiera nada, no nos preguntaríamos tanto la situación. Además; ¿Porque hay milagros y coincidencias? ¿Porqué hay fenómenos que no se pueden explicar y que nunca podremos darles explicaciones? esa respuesta parece ser Dios. Después de convencerme de su existencia, pensé…si somos eternos y a su lado está la salvación…entonces ¿porque nos mandó aquí?
Luego de vacilar unos segundos la respuesta se me vino a la cabeza. Dios nos manda a este mundo, que tiene dolores, penas e incertidumbres con el fin de prepararnos para el reino de Dios, para probar y engrandecer con la experiencia vital, el alma. Porque si sufrimos, sabremos lo que es alegrarnos; si perdemos, sabremos lo que es ganar y si sabemos lo que es malo, sabremos lo que realmente es bueno. Eso es lo que realmente quiere Dios, hacernos merecedores de su reino y hacernos anhelar, con las felicidades terrenales aquella felicidad tan plena y extraordinaria, que encontraremos en el cielo.
Así aclaré a mis preguntas y para resumir, si tu eres católico y crees en Dios, sólo reza y háblale a Dios, medita sobre él al igual que yo porque es en esos pequeños momentos, cuando uno capta un poco, aunque sea un poco, de la esencia verdadera del Padre.

1 comentario:

Lalo dijo...

La escencia de lo metafísico esta en la duda, en el interes que uno tiene por saber algo que esta fuera de nuestro alcance. Para mi, darle una explicación a la existencia, fundamentarla, en Dios, o en una fe, termina por destruir la metafisica, hace logico lo que es ilogico, hace normal lo que es anormal. Prefiero creer que no sabemos nada, y que nunca lo sabremos, eso es lo que yo prefiero saber.
Ahora, un parrafo aparte, si te cuestionas a Dios con la biologia, piensalo, ¿Como es posible que simples atomos y moleculas inorganicas se organizen para formar vida? Ahi Dios tiene una posibilidad...